viernes, 2 de octubre de 2015

EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD.

Origen y significado

185-) La subsidiaridad esta entre los directrices mas constantes y característicos de la doctrina social de la iglesia. Es imposible promover la dignidad de la persona  si no se cuidan, en definitiva, aquellas expresiones agregativas de tipo económico, social, cultural, deportiva, recreativo, profesional, político, a las que las personas dan vida espontáneamente y que hacen posible su efectivo crecimiento social. La red de estas relaciones forma el tejido social y constituye la base de una verdadera comunidad de personas haciendo posible el reconocimiento de formas mas elevadas de sociabilidad.


186-) En la encíclica quadragesimo anno el principio de subsidiaridad se indica como principio importanticimo de la filosofía social. Como no se puede quitar a los individuos y darlo a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria así tampoco es justo quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar.
Conforme a este principio todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda (subsidium) por tanto de apoyo, promoción desarrollo- respecto a las menores.
A la subsidiaridad entendida en sentido positivo con ayuda económica institucional legislativa ofrecida a las entidades sociales mas pequeñas.

Indicaciones concretas

187-) El principio de subsidiaridad protege a las personas de los abusos de las instancias sociales superiores e insta a estas ultimas a ayudar a los particulares y a los cuerpos intermedios a desarrollar sus tareas. Este principio se impone porque toda persona familia y cuerpo intermedio tiene algo de original que ofrecer a la comunidad. Al intervenir directamente y quitar responsabilidad a la sociedad, el estado asistencial provoca la perdida de energías humanas y el aumento exagerado de los aparatos públicos dominados por las lógicas burocráticas mas que por la preocupación de servir a los usuarios con enorme crecimiento de los gastos.
La ausencia o el inadecuado reconocimiento de la iniciativa privada, incluso económica y de su función publica así como también en los mono-polios contribuyen a dañar el principio de subsidiaridad corresponde: el respeto a la promoción efectiva del primado de la persona y de la familia; la valoración de las asociaciones y de las organizaciones intermedias, etc.



188-) Diversas circunstancias pueden aconsejar que el estado ejercite una función de suplencia. Piensese  por ejemplo, en las situaciones donde es necesario que el Estado mismo promueva la economía, a causa de la imposibilidad de que la sociedad civil asuma autónomamente la iniciativa; piénsese también en las realidades de grave desequilibrio e injusticia social, en las que sólo la intervención pública puede crear condiciones de mayor igualdad, de justicia y de paz. A la luz del principio de subsidiaridad, sin embargo, esta suplencia institucional no debe prolongarse y extenderse más allá de la situación.

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